3.11.07

Uruland





Más de tres años han pasado desde que tuve ocasión de pisar Montevideo. Breve el viaje y profundo el recuerdo.
A quien me quiera escuchar le cuento que fui por trabajo. Que la fotocopiadora estaba estropeada en el flamante edificio del Mercosur y me encargaron buscar otra en condiciones. Que así conocí a Juan y Silvina, regente y empleada de una tienda con varias máquinas, a quienes estoy agradecida por haberse ocupado de tan ilustres fotocopias y haberme mimado tanto.
Hoy, en el otro hemisferio, cuento con la amistad de algunos uruguayos viajeros. Y de nuevo resuena en mi cabeza ese nombre que es pura melodía. Montevideo.


No hay comentarios: