Días de fútbol

Muchos indicios hacen pensar que un verano con fútbol es todavía mejor que un verano a secas. Dice un amigo que el fútbol es como el candombe: une a la gente. Dice otro que el fútbol sustituye a las guerras. Se os ocurre mejor resumen de la cuestión?

Cuánto he odiado el fútbol de pequeña cuando mi padre y mi hermano no despegaban los ojos de la tele mientras cenábamos porque había partido. O todavía peor, cuando tocaba tragarse en los viajes en coche las retransmisiones a grito pelao de José María García. Tremenda tortura. Papá apaga la radio! Un momento hombre que falta poco... Claro que también de mayor he odiado el fútbol. Apariencia. Tontería. Gran negocio. Eso de que los clubes que tienen más pelas sean los que siempre ganen los torneos no me resulta nada simpático.

Pero henos aquí en Berlín y en la Eurocopa. La primera foto está tomada durante el partido (partidazo) España - Rusia, en la Oppelnerstr. La segunda es en el cruce de Schlesisches Tor tras la victoria (no merecida) de Alemania frente a Turquía. Por esta vez no hubo peleas ni malos rollos significativos entre turcos y alemanes, solo una agitación descarada. Deutschland! Türkiye! gritaba la gente en las calles alzando banderitas y revoloteando en pleno corazón del barrio turco. Eso sí, no dejaban pasar a los coches y se formó un tapón que debía llegar hasta la puerta de Brandenburgo. Tanta emoción hay que compartirla...

Kreuzberg es estos días un barrio en pleno fervor. Y lo estoy disfrutando como nunca. Quién me iba a decir a mí que...

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Última entrega (ya era hora) de fotos del carnaval de las culturas. Estamos en junio y la atención se ha desviado un poco del cajón y los tambores a otra parte.

Por ejemplo, al fútbol? Pero no a cualquier fútbol! A los partidos de la Eurocopa que se ven por las calles en estas tardes calurosas, en las teles y pantallas que han instalado los restaurantes y bares. Y los comercios, y los vecinos... Parece que vuelve la euforia del mundial de hace 2 años (ya?), que en las cabecitas de la gente de Berlín se quedó dormido el bichito del fútbol, y basta con alimentarlo de nuevo para que crezca y se envalentone. Casi todo quisqui está viendo el fútbol, y el que no lo quiere ver lo ve de todas formas, porque sale de casa y ahí está. A la vuelta de la esquina. Hoy ha ganado Turquía. Vivo en Kreuzberg. Se nota. Mientras escribo este post, unos cuantos puñados de mozos se pasean con banderas rojas (los ví al llegar a casa) y ahora los oigo gritar como posesos Türkiyeeeee! Luego más gritos, risas, pitidos, celebraciones, y sirenas de la polizei. Y así, tranquilamente, va discurriendo el verano.